Esta emisión me hizo pensar en cómo podría ayudar el eye tracking, no sólo con el tipo de ayuda inmediata que necesita la primera línea, sino con soluciones sostenibles a largo plazo que nos permitan convivir y hacer frente a este tipo de virus.
En Tobii llevamos dos décadas probando y perfeccionando el eye tracking. Nuestro objetivo es que esta tecnología sea lo más universal posible, para todas las máquinas y todos los sectores. Hoy en día, funciona para la más amplia gama de personas, independientemente de las gafas, la presencia de maquillaje, la suciedad y las condiciones de luz ambiental. Algunos de nuestros socios del sector Salud han incorporado el eye tracking a sus sistemas, lo que permite al personal clínico realizar sus tareas sin tener que tocar una serie de botones o periféricos. Estos éxitos y el interés mundial por evitar la propagación de gérmenes me han llevado a creer que el eye tracking desempeñará un papel importante en el desarrollo de dispositivos de nueva generación. Al poder controlar un dispositivo con la mirada, se podrían superar, por ejemplo, algunas de las limitaciones que supone trabajar con EPI restrictivos, especialmente cuando se llevan varios pares de guantes. Y que ese funcionamiento manos libres no sólo ayuda a frenar la propagación de gérmenes, sino que también reduce la necesidad de limpieza y de cambio de guantes, lo que disminuye los niveles de estrés en los hospitales.
Fuera del sector de la Salud, crece la preocupación por el uso de pantallas táctiles públicas. Para mí, este tipo de dispositivos de autoservicio son estupendos porque mejoran la fluidez. Ayudan a evitar que se formen colas en aeropuertos, taquillas y restaurantes de comida rápida. Me gustan los quioscos de autoservicio por la comodidad que ofrecen. Y estoy seguro de que tienen muchas ventajas para las empresas, como la gestión eficaz de la demanda, la fiabilidad de los datos de ventas, la reducción del personal y la disminución de las interacciones persona a persona. Pero COVID-19 ha planteado nuevos retos para la era de las pantallas táctiles. He visto muchos artículos sobre las pantallas táctiles y cómo, incluso en la batalla contra los gérmenes, siguen siendo seguras... siempre que se mantengan limpias . El eye tracking podría ser un complemento útil para este tipo de dispositivos, ya que permite una interacción sin contacto, lo que calmaría los temores de los consumidores sobre la contaminación, proporcionaría una alternativa segura para las personas en situación de riesgo o durante la temporada de gripes y, al mismo tiempo, garantizaría la adopción y el desarrollo continuos de los quioscos de autoservicio.
Pero el eye tracking no es la única tecnología que permite interactuar sin contacto. Las tecnologías basadas en el gesto, por ejemplo, permiten a los usuarios deslizar y seleccionar, interactuar con una máquina moviendo las manos en el aire. La comunicación de campo cercano permite realizar pagos sin contacto y utilizar tarjetas sin contacto. Pero estas tecnologías no permiten trabajar con las manos libres, lo que suele ser deseable en entornos en los que las manos están ocupadas, la limpieza es fundamental y no se desean periféricos o dispositivos de control adicionales.