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Comprender lo que mira el usuario

  • Blog
  • por Lawrence Yau
  • 4 min

En el ámbito del diseño de interfaces de usuario, la tecnología eye tracking ha surgido como una tentadora frontera que promete interacción y control sin fisuras con sólo una mirada. Sin embargo, bajo este atractivo se esconde un paisaje de desafíos únicos para las interfaces guiadas por la mirada. En nuestro viaje por este terreno, exploraremos los entresijos de la entrada basada en la mirada y desvelaremos estrategias para superar sus limitaciones inherentes.

En el corazón del eye tracking se encuentra el camino para discernir lo que el usuario está mirando. Sin embargo, esta tarea aparentemente sencilla es más complicada de lo que cabe imaginar. A diferencia de los métodos de entrada convencionales, como el uso de un ratón o una pantalla táctil, en los que las interacciones son precisas y deliberadas, la mirada está en constante movimiento. Incluso durante los periodos de fijación, persisten sutiles movimientos involuntarios que introducen incertidumbre en la ecuación. Además, las discrepancias entre la mirada medida y el enfoque real añaden otra capa de complejidad al diseño de la interfaz.

En nuestro camino para aprovechar el potencial de la entrada de la mirada, primero debemos entender sus principios fundamentales. El vector de la mirada, procedente del ojo, nos sirve de guía y dirige nuestra atención hacia los elementos interactivos de la interfaz. Sin embargo, traducir esta mirada en información procesable plantea numerosos retos.

¿Cuál es la mejor manera de tratar la imprecisión del Eye tracker?

Uno de los principales obstáculos es la disparidad de resolución y estabilidad entre el seguimiento de la mirada y los métodos de entrada tradicionales. Aunque nuestros ojos poseen una agudeza extraordinaria, la tecnología de eye tracking a menudo se queda corta, por lo que se necesitan objetivos más grandes e indulgentes para adaptarse a la imprecisión. Este cambio hacia objetivos más grandes, aunque eficaz, compromete la integridad estética de la interfaz y consume un valioso espacio de pantalla.

Para resolver este problema, los diseñadores han ideado una serie de soluciones innovadoras. Desde la ampliación de las regiones de acierto hasta la incorporación de algoritmos de aprendizaje automático, cada enfoque ofrece un conjunto único de ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, aunque los objetivos más grandes y ponderados en el centro mejoran la accesibilidad, pueden restar atractivo visual a la interfaz. Por el contrario, los algoritmos de aprendizaje automático ofrecen una flexibilidad inigualable, pero introducen sobrecarga y complejidad computacional.

Al navegar por este panorama de soluciones, es esencial sopesar cuidadosamente las ventajas y desventajas. Las zonas de impacto ampliadas se integran perfectamente en los diseños existentes, mientras que la dirección visible de la mirada ofrece información valiosa a expensas de la distracción. Mientras tanto, la desambiguación explícita presenta un patrón de interacción familiar, pero requiere una implementación cuidadosa para evitar la frustración del usuario.

En última instancia, la elección de la estrategia depende de los requisitos específicos de la interfaz y de las preferencias de sus usuarios. Tanto si optan por la sencillez como por la sofisticación, los diseñadores deben mantenerse alerta y perfeccionar continuamente su enfoque para satisfacer las necesidades cambiantes de la interacción guiada por la mirada.

En conclusión, aunque el camino hacia interfaces eficaces basadas en la mirada conlleva sus retos, también rebosa de posibilidades. Si adoptan la innovación y los matices de la tecnología de eye tracking, los diseñadores pueden abrir nuevos campos de interacción y dar paso a un futuro en el que el control esté en un abrir y cerrar de ojos. Si desea profundizar en las soluciones para hacer frente a la imprecisión del eye tracking, lea el Artículo de aprendizaje completo: Building for UX: Connecting Eye Gaze to UI Objects .

Escrito por

  • Lawrence Yau

    Lawrence Yau

    Sales Solution Architect, TOBII

    Lawrence is currently a Solution Architect in Tobii's XR, Screen-based, and Automotive Integration Sales team where he shares his excitement and know-how about the ways attention computing will fuse technology's capabilities with human intent. At Tobii, Lawrence is captivated by the numerous ways that eye tracking enables natural digital experiences, provides opportunities to improve ourselves and others, and shifts behavior to achieve more satisfying and sustainable lives. With these transformative goals, he is invested in the success of those who are exploring and adopting eye tracking technologies. He is delighted to share his knowledge and passion with the XR community. His restless curiosity for humanizing technology has taken his career through facilitating integration of eye tracking technologies, developing conversational AI agents, designing the user experience for data governance applications, and building e-learning delivery and development tools. Lawrence received his BE in Electrical Engineering at The Cooper Union for the Advancement of Science and Art, and his MHCI at the Human-Computer Interaction Institute of Carnegie Mellon University.

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