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Eye tracking muestra el uso de disfluencias en el habla de los niños pequeños

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Eye tracking muestra el uso de disfluencias en el habla de los niños pequeños

El Laboratorio de Bebés de Rochester utilizó el eye tracking para comprobar si los bebés podían hacer uso de la información contenida en las disfluencias del habla, como "uh" y "um".

Fondo

Los adultos tienden a producir disfluencias ante palabras poco frecuentes (por ejemplo, "eleee, uh, mangostán") y palabras que no se han mencionado previamente en la conversación. Los investigadores del Laboratorio de Bebés de Rochester utilizaron un Eye tracker de Tobii para examinar si los niños pequeños que aprenden palabras (edad media 2;6) son sensibles a esta regularidad estadística y hacen uso de la disfluencia durante la comprensión. Demostraron que los niños pequeños utilizan las disfluencias en el habla para anticipar que una palabra próxima probablemente se refiera a un objeto nuevo o que no se ha mencionado previamente, controlando su mirada a los objetos cuando oyen disfluencias en el habla en las frases.

La comprensión del lenguaje no es directamente observable, por lo que utilizamos los movimientos oculares como forma indirecta de inferir los posibles referentes que un niño está considerando a medida que se desarrolla una frase. El eye tracking nos permite investigar en tiempo real las expectativas de los niños sobre el material que van a leer.
Celeste Kidd, estudiante de posgrado de investigación, Ciencias Cognitivas y del Cerebro, Universidad de Rochester

Método

Para comprobar si los bebés podían hacer uso de la información contenida en las disfluencias del habla, los investigadores del Rochester Baby Lab presentaron a dieciséis niños (de 2,4 a 2,8 años) imágenes de pares de objetos en su Eye tracker Tobii montado sobre una mesa.

En cada ensayo, se presentaban tres veces seguidas un objeto conocido (por ejemplo, un zapato) y un objeto nuevo (por ejemplo, un perro). Durante las dos primeras presentaciones, los niños oían un enunciado que hacía referencia al objeto conocido.

Durante la tercera presentación crítica, se le dijo al niño que mirara al objeto conocido o desconocido. En una condición, la orden era fluida; en la otra, la orden contenía una disfluencia antes del nombre del objeto. Por ejemplo, en las condiciones fluidas, el niño podía oír: "¡Mira! Mira el mog!". En la condición disfluyente, "¡Mira! Mira eleeeee... uh.... mog!". A lo largo de los ensayos, la presentación crítica era fluida o disfluyente y hacía referencia al objeto conocido o al novedoso el mismo número de veces.

Los investigadores predijeron que si los niños han aprendido que las disfluencias se producen antes del discurso -referentes nuevos y desconocidos-, entonces en la ventana de 2 segundos anterior al inicio del nombre del objeto (durante la disfluencia del discurso en la condición disfluyente), mirarían más hacia el objeto novedoso en la condición disfluyente que en la condición fluida. Por lo tanto, los investigadores compararon el tiempo total de mirada y la proporción de tiempo de mirada hacia el objeto nuevo en esta ventana crítica de interés.

Nuestros sujetos eran niños pequeños, y los niños pequeños suelen ser muy activos. El tiempo limita enormemente la cantidad de datos que podemos recoger de los sujetos a esta edad. Eye tracking de Tobii nos permitió obtener más datos de estos niños reduciendo enormemente el tiempo necesario para calibrar a cada niño.
Celeste Kidd, estudiante de posgrado de investigación, Ciencias Cognitivas y del Cerebro, Universidad de Rochester

Conclusión

Los investigadores calcularon la proporción de fijaciones en el objeto novedoso en cada punto temporal durante la fase crítica de los ensayos fluidos y disfluidos utilizando Matlab.

Los gráficos de evolución temporal (Figuras 1 y 2) sugieren que los niños interpretaban la disfluencia como una señal de que la palabra siguiente se referiría al objeto nuevo y no mencionado anteriormente.

Para probar esta hipótesis, los investigadores compararon el tiempo total medio de mirada al objeto nuevo en ensayos fluidos y disfluidos en el intervalo de interés de 2 segundos antes del inicio de la palabra objetivo. En general, los niños miraron durante más tiempo el objeto nuevo en las pruebas disfluentes (1158 ms) que en las fluidas (893 ms), una diferencia que, según la prueba de rango con signo de Wilcoxon, fue muy significativa (p < 0,008). Este resultado se ilustra en la figura 3. Los niños también miraron proporcionalmente más tiempo al objeto nuevo durante la misma ventana temporal de interés en los ensayos disfluyentes (0,66) que en los ensayos fluidos (0,54). Esta diferencia (Figura 4) también es significativa (p < 0,005). Es importante destacar que la proporción de tiempo de mirada al objeto nuevo fue significativamente superior al azar en los ensayos disfluidos (p < 0,001), pero no en los ensayos fluidos (p > 0,37).

Hemos comprobado que el Eye tracker de Tobii es fácil de usar con bebés y niños pequeños y que tiene suficiente resolución espacial y temporal para proporcionar nuevos conocimientos sobre el reconocimiento de palabras habladas.
Richard Aslin, catedrático de Ciencias Cognitivas y del Cerebro y del Centro de Ciencias Visuales de la Universidad de Rochester

Estos resultados indican que los niños pequeños:

1. Han aprendido que las disfluencias contienen información

2. Atender a las disfluencias en el habla

3. Puede utilizar la información contenida en las disfluencias en línea durante la comprensión para inferir la intención del hablante.

Escrito por

Tobii

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6 minutos

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