¿Cuáles cree que son los mayores retos para la adopción de XR en la actualidad?
Brian Vogelsang: La experiencia XR actual es buena y mejora continuamente, pero aún hay margen de crecimiento. La tecnología y los auriculares tienen que ser más pequeños, ligeros y tener una batería más duradera. El reto es hacer que la tecnología consuma menos energía para que pueda usarse entre 8 y 12 horas sin necesidad de carga, pero sin añadir peso ni calor. Esto significa que todos los componentes del dispositivo deben ser más eficientes. Las pantallas y la óptica también necesitan mejoras, sobre todo en la realidad aumentada. Tenemos que ver pantallas de mayor resolución con campos de visión más amplios, y tienen que ser más eficientes térmicamente y a un coste menor. En Qualcomm Technologies, adoptamos un enfoque sistémico en el diseño de conjuntos de chips para afrontar este reto. Nuestra arquitectura informática heterogénea se ha diseñado para que consuma menos energía y sea más pequeña, lo que ayuda a reducir el tamaño de los auriculares a la vez que se introduce más tecnología en un espacio más reducido. El coste es otro obstáculo para su adopción. Sin embargo, a medida que la tecnología empiece a escalar en su despliegue, los costes bajarán. En la actualidad, tanto la realidad aumentada como la realidad virtual se benefician del suministro de componentes y tecnologías que se utilizan en los teléfonos inteligentes, y los precios se reducen cada año a medida que el sector empieza a crecer.
¿Qué casos de uso industrial o empresarial se beneficiarán más de la RX y por qué?
Brian Vogelsang: La realidad aumentada y la realidad virtual se utilizan para optimizar el rendimiento y realizar el trabajo de forma más rápida, segura y precisa conectando personas, información y equipos. Desde la comunicación y la asistencia en tiempo real hasta la formación y la telepresencia, estos son los principales casos de uso que impulsan la adopción comercial.
La RA abarca desde la Realidad Asistida, gafas monoculares como Vuzix o Google Glass que actúan como un visor, hasta dispositivos binoculares de Realidad Aumentada totalmente inmersivos como HoloLens 2. La Realidad Asistida suele permitir al usuario ver vídeos o documentos que actúan como instrucciones. También puede hacer posible que el usuario vea los pasos críticos de un flujo de trabajo para crear registros de auditoría, e incluso convertirse en instructor para enseñar los pasos de un proceso mediante instrucciones guiadas. Puede tratarse de listas de comprobación de seguridad, instrucciones detalladas para montajes complejos, control de calidad o inspección en servicio.
Las gafas de realidad aumentada permiten al usuario, a través de una superposición digital, ver un proceso de flujo de trabajo completo con las manos libres, lejos de un ordenador o manual, lo que le permite centrarse en la tarea en cuestión en lugar de hojear un manual en papel o PDF en un PC. También es una forma estupenda de solucionar problemas de los equipos con un experto o mentor remoto. En tiempo real, ese experto puede guiar las tareas de mantenimiento o reparación a distancia, sin estar físicamente con el trabajador. Este caso de uso se está adoptando cada vez más con la pandemia, ya que las empresas buscan nuevas formas de reducir el riesgo del trabajo de campo.
La RV tiene más que ver con la simulación y la formación inmersiva. Puede simular un entorno, como una planta de fabricación o una cadena de montaje para formar a los trabajadores en un formato virtual que imita el mundo real. El coste de dedicar una línea de fábrica exclusivamente a la formación, o de desconectar una para formar, es muy elevado. Además, es probable que no quiera formar a alguien en una línea de producción real por muchas razones, entre ellas la seguridad. Poner a alguien en la RV le permite formar en simulación, en un entorno más seguro y a un coste menor. Con la RV, las empresas pueden formar a más empleados simultáneamente, aumentar su retención de la tarea y hacerlo con mayor satisfacción y compromiso por parte de los empleados.